Charles Darwin: curiosidades de la casa donde escribió teoría de la evolución por selección natural

El bullicio de la ciudad de Londres quedó atrás y solo se oye el canto de unos cuantos pájaros que aprovechan de tomar el sol tacaño de un clásico día primaveral inglés.

De repente, entremedio de los campos abiertos del condado de Kent, ubicado a una hora y media de la capital británica, aparece una casona georgiana particularmente importante para la historia de la ciencia.

Se trata del lugar donde vivió y murió Charles Darwin, el naturalista que provocó un cataclismo a mediados del siglo XIX al plantear su teoría de la evolución por selección natural.

Su pensamiento cambió radicalmente la biología, dando otra explicación al origen del ser humano en momentos en que la idea de que Dios había creado a la humanidad a su imagen y semejanza era compartida por la mayoría de los científicos occidentales.

El recuerdo de quien ha sido reconocido como uno de los pensadores y científicos más importantes de la historia sigue latente en esta casa de techos altos, suelos crujientes y extensos jardines que fue convertida en un museo en 1929 y denominada Down House.

Su escritorio, dormitorio, invernadero y cada rincón de este lugar donde vivió más de 40 años -y donde desarrolló gran parte de sus estudios y crió a sus diez hijos- parecieran tener su presencia.

“Las ideas que Charles Darwin desarrolló en Down House cambiaron el mundo para siempre. Y cómo tú, yo y todos los que alguna vez han existido entendemos nuestro lugar en el universo”, dice Tessa Kilgarriff, curadora de la casa museo e investigadora de Darwin.

A 142 años de la muerte del naturalista, BBC Mundo recorrió la casona y aquí te presentamos 5 curiosidades que se pueden encontrar en lo que fue el gran refugio de Charles Darwin.

1. La silla donde escribió “El origen de las Especies”

Uno de los sitios predilectos de Charles Darwin en Down House era su estudio ubicado en la planta baja de la casa.

Estructuralmente inalterado desde la época en que el naturalista inglés vivía allí, este lugar fue parte de su rutina diaria de trabajo.

Hoy, contiene casi todos los muebles originales y varios de sus objetos más preciados.

Uno de ellos es, sin duda, la silla donde solía pasar largas horas sentado investigando.

Con grandes brazos y la tela desgastada por el paso del tiempo, es una verdadera reliquia dentro de la casa museo.

“Esta es la silla donde él escribió ‘El Origen de las Especies’ así que es realmente increíble tenerla aquí”, le dice Tessa Kilgarriff a BBC Mundo.

“El Origen de las Especies” es considerado el fundamento del pensamiento de la biología evolutiva. A través de este texto -publicado el 24 de noviembre de 1859-, es que Darwin introdujo su teoría de que las poblaciones evolucionan a través de un proceso conocido como selección natural.

Tessa Kilgarriff destaca que la silla tiene unas ruedas de hierro sobrepuestas que Darwin colocó especialmente para deslizarse más fácilmente pero también para acomodar su alta estatura.

“Darwin era un hombre alto, medía más de 1.80 metros, y necesitaba algo un poco más alta para trabajar. Y entonces hizo esta silla tipo Frankenstein para satisfacer sus propios intereses”, indica la curadora.

En el estudio también está la mesa original de madera donde trabajaba y donde aún se ven parte de sus instrumentos científicos, libros, correspondencia y pequeños cuadernos con sus anotaciones.

De acuerdo con la casa museo, Charles Darwin pasaba aquí varias horas al día: durante la mañana y hasta el mediodía, y luego desde las 4:30 de la tarde hasta la hora de comida.

Pero no era un lugar inmaculado o silencioso como uno esperaría. Sus hijos muchas veces entraban y jugaban allí, mientras el naturalista intentaba concentrarse.

Así lo explica Tessa Kilgarriff.

“Aunque el estudio era un lugar de interés científico muy importante, a veces también era una especie de sala de juegos para los niños”, dice.

2. El dormitorio de Darwin y su esposa Emma

Es quizás el rincón de la casa que refleja el lado más íntimo de Charles Darwin.

Su dormitorio, el lugar donde murió en 1882 rodeado de sus familiares, era uno de sus refugios más importantes, donde podía relajarse y descansar.

El sitio fue recreado por English Heritage en 2016 a partir de cartas familiares, recuerdos, descripciones de la época, análisis de pinturas e investigaciones sobre su vida. Según los curadores del museo, se intentó igualar fielmente la apariencia original del dormitorio de finales de la década de 1850.

Aquí, además de una alta cama matrimonial (a la cual se accede a través de una pequeña escalera), se puede ver un sofá recreado donde supuestamente Darwin se sentaba a escuchar a su esposa Emma mientras ella le leía novelas y poesías.

En los estantes colindantes están parte de los libros que ella le leía.

Desde la ventana de la habitación -ubicada en la segunda planta- Charles Darwin podía supervisar su extenso jardín, que ha sido denominado como un verdadero “laboratorio al aire libre” pues era ahí donde desarrollaba gran parte de sus experimentos.

Dormitorio de Darwin
Pie de foto,El dormitorio de Charles Darwin y Emma fue restaurado en 2016.

En esta habitación también logró recuperarse de varias enfermedades que lo afectaron durante su vida.

Darwin tuvo una salud bastante mala. Mucha gente ha especulado que pudo haber contraído algún tipo de infección cuando estaba en el viaje del Beagle porque tenía constantes molestias estomacales, mareos y náuseas”, explica Tessa Kilgarriff.

“Y fue en este dormitorio donde pasaba sus enfermedades hasta recuperarse”, añade.

A un costado del dormitorio, está el vestidor del naturalista y de su esposa. Aunque las prendas que hoy están ahí no son las originales, son iguales a las que Charles Darwin solía usar para pasear por su casa y el jardín.

Ventana del dormitorio de Darwin
Pie de foto,Desde la ventana del dormitorio Darwin podía supervisar su jardín.

3. El “tobogán infantil” en las escaleras y su vida familiar

Una de las facetas menos conocidas de Charles Darwin es su rol como padre de los 10 niños que tuvo con su esposa Emma, con quien contrajo matrimonio en 1839.

Gran parte de estos niños nacieron y vivieron en esta casa hasta independizarse, por lo que fue adecuada para mantenerlos entretenidos y estimulados.

Entre los objetos que más llaman la atención está un tobogán (o resbaladilla) de madera pulida que solía colocarse en la escalera principal de la casa.

Este fue encargado por el propio Charles Darwin al carpintero del pueblo.

“Los niños lo disfrutan mucho, lo pusieron en las escaleras y yo también me he tirado una o dos veces”, escribió Emma Darwin en una carta para su hijo mayor, William, en 1857.

El tobogán se convirtió en uno de los recuerdos favoritos de muchas generaciones de los Darwin pues más tarde los nietos del naturalista también lo ocuparon.

Hay otros sitios de Down House que también retratan la intensa vida familiar del naturalista.

Entre ellos, una sala con una gran mesa de billar -donde Darwin jugaba regularmente junto a su mayordomo-, y el salón principal donde está el piano que tocaba su esposa Emma y donde se refleja parte de la educación bulliciosa y liberal que tuvieron sus numerosos hijos.

Sala de billar
Pie de foto,La sala de billar donde Darwin se entretenía con sus niños.
Tobogán Darwin
Pie de foto,El tobogán con el que sus niños se deslizaban por las escaleras.